miércoles, 16 de diciembre de 2015
lunes, 7 de diciembre de 2015
Las 5 tips del equipo ganador.
TRABAJAR DURO: Es increíble la cantidad
y calidad de los errores que se pueden ver durante un entrenamiento. Para que
cundan los entrenos tus deportistas deben emplearse a fondo. Lo que no se exige
en los entrenamientos no se puede exigir luego en el partido. De ahí que muchos
entrenadores opten por convocar a sus jugadores en función no sólo de su grado
de esfuerzo durante los entrenamientos sino también de otros aspectos
indicativos de su compromiso, como la puntualidad, la disciplina o el
compañerismo. Si sacas a jugar a los que
no corren en los entrenos, le faltas al respeto a los que dejas en el
banquillo.
MOTIVARSE A SÍ MISMO: Si motivas a tu
equipo en función de los goles o el resultado, cuando es favorable, ¿cómo le
subes la moral cuando van perdiendo? ¿tiene
tu equipo control sobre sí mismo? ¿o va a la deriva de los resultados?
Siempre existen factores positivos a destacar relacionados con el buen
rendimiento, como “nunca antes habíamos tenido un inicio con un ritmo tan
bueno…”, “nunca antes nos habíamos ido al vestuario con un empate jugando fuera
de casa”… Es recomendable centrar la atención en lo positivo del equipo, y
evitar frases del tipo “si hubiéramos hecho esto…”, “si hubiera jugado Pablito…”, “si no
hubiéramos cometido tal error…” lamentarse no te ayudará a enfocar tu atención
en las posibles soluciones.
TOMAR RIESGOS: El equipo que no asume riesgos es por miedo a fallar, miedo a
sentirse ridículo, o a ser criticado. Para que un equipo se arriesgue se
necesitan dos cosas: buena confianza o cohesión entre el grupo y saber que en
el caso de equivocarse tendrá apoyo en lugar de críticas.
ASUMIR ERRORES: Reconocer tus propios errores es el mejor indicador de tu autoestima.
Un equipo que no asume sus errores, no podrá mejorar sus puntos débiles pero
tampoco darán valor a sus puntos fuertes. Si al finalizar el partido, criticas
los errores de tus jugadores, ellos necesitarán subir su autoestima no
reconociéndolos. Cada trabajo tiene su momento.
CONTAR CON APOYO: Si como entrenador te
crees autosuficiente, tus jugadores considerarán esa actitud como una cualidad.
Esto puede serlo en otros aspectos de la vida, pero no en un deporte de equipo.
El trabajo colectivo requiere reducir las individualidades, tanto a nivel
táctico como a nivel mental. Especialmente en el deporte base, el compañerismo y la cohesión diferenciarán
al buen equipo del equipo ganador, el que siempre estará arriba.
lunes, 2 de noviembre de 2015
Lo más importante es divertirse... pero si ganamos mejor.
Si le preguntas a un entrenador de deporte de iniciación
“¿Qué es lo más importante de cara al próximo partido o competición?
Posiblemente te conteste que lo más importante en esas edades sea divertirse y
aprender, y muchos añadirán “pero si además
ganamos mejor”.
Cada vez la psicología está más presente en el deporte, y
todos de alguna manera u otra conocemos que además de la comunicación verbal
también usamos un lenguaje no verbal. Este lenguaje no verbal es mucho más
difícil de poder controlar, y está muy vinculado a nuestros pensamientos,
sentimientos y actitudes más arraigadas. Los mensajes no verbales transmiten
mucha más fuerza que los verbales, van directos a lo más profundo de nuestro
ser, posiblemente porque son más viscerales, reflejan nuestro auténtico estado interno y no requiere en el receptor el procesamiento
cognitivo que necesita el lenguaje verbal.
¿Qué pasaría si le preguntas a tus chicos: qué es lo más importante
de cara al próximo partido? ¿crees que te responderán aprender más y pasárnoslo
bien? ¿o dirán ganar, marcar un gol, que
no me marquen? ¿por qué ocurre esto entonces?
Posiblemente tenga que ver con nuestra actitud competitiva
como adultos. Podemos ser plenamente conscientes que lo más importante en el
deporte base es formarse, divertirse, socializarse, mejorar habilidades
psicomotrices, desarrollar una personalidad o un carácter equilibrado, adquirir
valores. Pero sabemos que esto no es suficiente, porque los chicos siguen
imitando el modelo adulto de competición. Se les transmite a través del
lenguaje más fuerte y contundente, el no verbal.
Un buen consejo para tener
plena consciencia de lo que realmente trasladamos a nuestros jugadores o
deportistas es auto-observarnos, prueba grabarte en video. Es una de las
metodologías que seguimos en nuestra consulta, y es muy eficaz para mejorar
nuestras habilidades como entrenador. Fíjate no sólo en el contenido de lo que
dices sino en cómo lo dices, cómo reaccionas ante los fallos o el resultado,
los goles, los puntos, el ganar o el perder… levantar las manos, dar pitidos,
aplausos, gestos de aprobación levantando el pulgar, llevarte las manos a la
cabeza, dar saltos, cruzarte de brazos, encoger los hombros…
Una de las razones para reaccionar así es la falta de
formación que tienen los entrenadores en materia de enseñanza y aprendizaje. El
entrenador puede estar formado y capacitado para entrenar, pero entrenar a niños
es otro cosa, requiere un plus. Generalmente se copia o adapta la metodología
que se usa para entrenar a los adultos, que conlleva trabajar con el mismo tipo
de objetivos, los de resultados. Los objetivos de resultados están indicados sólo
a partir de la categoría cadete y en un bajo porcentaje, pongamos que podrían
ocupar el 25% del total de los objetivos de la temporada, siendo el 75% los
correspondientes a objetivos de realización o formativos.
Se puede apreciar el impacto de esta metodología en los
niños. Pueden comportarse con más permisividad o habituación ante el juego
duro, les dan menos importancia a la diversión antes o después del partido, les
dan más importancia a ganar, marcar un gol, o no encajarlo en caso de ser portero…
piensan mucho los días antes del partido, pueden tener miedo o preocupación de
no hacerlo lo bastante bien, se ponen nerviosos o inquietos antes del partido,
si les pides que se acuerden de un momento determinado de la competición, es
muy probable que evoquen una situación o experiencia negativa o no
satisfactoria.
Esto en los porteros es especialmente importante. El portero
puede aprender a enfocar el juego como cooperativo o como rivalidad. La cooperación
es la energía que se orienta hacia el perfeccionamiento de la ejecución de la
conducta o tarea, y nos enriquece a todos. Mientras que la rivalidad, mal
entendida, hace que centres tu atención en el ego, en ti mismo, en ser el
mejor. ¿los porteros que entrenan en un mismo equipo lo hacen desde la cooperación
o desde la rivalidad? Si tienes un enfoque orientado a la rivalidad te
frustrarás con facilidad por no cumplir tus erróneas expectativas.
¿Qué ocurre cuando recibes un gol o cometes un error? Los porteros
pueden disponer de largas pausas las cuales te pueden machacar mentalmente si
no las sabes manejar. Si tienes un enfoque centrado en el ego tendrás
pensamientos negativos y distractores. Te acompañarán malas sensaciones que
incluso pueden somatizarse en agarrotamientos, excesivo nivel de activación o
incluso provocar lesiones.
Si trabajas un enfoque externo, centrado en la tarea, en qué
es lo siguiente que debes hacer, en cómo están anímicamente tus compañeros, qué
correcciones o instrucciones debes darle a tu defensa, no entrarás en ese
círculo y estarás metido en el partido.
En definitiva, es una cuestión de entrenamiento psicológico, pero tiene su base en las actitudes y valores que entrenadores y padres transmitimos de forma implícita en el día a día.
viernes, 2 de octubre de 2015
¿Jóvenes de alto rendimiento?
Bien es cierto que el deporte
base o de iniciación tiene la finalidad de promocionar el desarrollo integral
de niños y adolescentes a través de la diversión y el juego, sin embargo
también lo es el hecho de que a partir de cierta edad el joven deportista empieza
a vincular la satisfacción de la práctica deportiva con el rendimiento percibido.
Fuente: www.youtube.com
¿Qué es el rendimiento percibido?
Existen muchas causas por las que los jóvenes suelen abandonar el deporte de
competición. La mayoría de las veces la desmotivación está relacionada con el
estilo de comunicación del entrenador, con la presión que pueden ejercer
ciertos padres o madres, o con el bajo rendimiento percibido por parte del
propio deportista. De ahí la importancia que tiene también en el aspecto
psicológico, que el entrenador lleve un registro
de rendimiento para cada deportista, tanto en los entrenos como en
competición, mediante el cual ofrezca un feedback objetivo y sistemático del
rendimiento.
Es frecuente que los deportistas,
y más aún los jóvenes y adolescentes a partir de los 12 ó 13 años, realicen
juicios y valoraciones distorsionadas o poco realistas sobre su propia
actuación en la competición. Tanto si es por exceso como por defecto, estas
valoraciones sobre uno mismo acaban desmotivando al deportista. En el primero
de los casos puede que el deportista se plantee expectativas poco alcanzables o
muy elevadas, con lo cual se frustrará constantemente por no lograr sus
objetivos, “no se permiten fallar”. Por el contrario, si el deportista se
infravalora su foco de atención durante la competición se reducirá a los
errores que comete, y no será consciente de sus buenas actuaciones o no las
valorará lo suficiente, lo que le generará inseguridad y falta de confianza en
sí mismo.
La ansiedad o estrés en una competición
suele ser consecuencia de la propia percepción que tiene el deportista de no
estar preparado o no confiar en su propio rendimiento, de otro modo el
deportista percibirá su nivel de activación como fuerza motivadora positiva
para la competición, y no como un estresor.
La insatisfacción o frustración
que generan los pensamientos o creencias negativas sobre el propio rendimiento,
el elevado coste personal que suponen los entrenamientos y la existencia de
otras alternativas que van surgiendo más atractivas para los adolescentes para
ocupar su tiempo a esas edades acaban con lo que podría haber sido una promesa
deportiva o una carrera profesional en el mundo del deporte. Todos tenemos la
experiencia de conocer chicos y chicas con talento que nunca llegaron a
explotarlo.
¿Por qué un deportista puede
desarrollar “miedo a fallar”? ¿a fallarle a quién? ¿tiene que ver con las
expectativas de padres, madres o entrenadores? ¿cómo influyen las expectativas
en la motivación que se le da al deportista? Existen conductas deportivas “inhibidas o bloqueadas” porque se han
asociado a consecuencias negativas. Se
cree que se obtienen resultados positivos e inmediatos con las pequeñas broncas,
esto es un error muy común. Las broncas,
por llamar de alguna manera a la típica reacción negativa que podemos tener
cuando se da una situación no deseada, dan resultado inmediato sobre aquellas
conductas relacionadas con el esfuerzo físico y cuando lo que se quiere es
elevar el nivel de activación del deportista o su motivación. En cualquier caso
deben emplearse muy dosificadamente para no correr el riesgo de que el
deportista se habitúe y así no tener que recurrir a una gran bronca, cada vez
mayor, con lo que ya no tendría el efecto deseado.
Pero las broncas nunca tienen un
efecto positivo sobre conductas que requieren atención y concentración por su
precisión, como los tiros libres, un penalti, un servicio, o porque estén en
proceso de aprendizaje por lo que el alumno necesita prestar atención
consciente a sus movimientos por no estar aún automatizados. El tales casos la
bronca, o el gesto o mirada de desaprobación suele provocar “miedo a fallar” o
lo que es lo mismo “miedo a la bronca”, debido a que el deportista puede
experimentar un elevado nivel de activación que dificulta la concentración,
aumentando las probabilidades de error o fallo, y asociando la conducta a un
doble castigo, el fallo y la percepción de desaprobación. Lo que ocurre
posteriormente es que el deportista se sobreactiva negativamente de manera
anticipada sólo de pensar que debe realizar la conducta.
El resultado es la inhibición o
bloqueo mental, inseguridad, ansiedad y mala ejecución. Se entiende que son
factores de suficiente peso como para explicar en algunos casos lo que
inexplicablemente ocurre cuando “entrena bien pero luego rinde por debajo de
sus posibilidades”.
¿Cuidamos nuestras expectativas
hacia los resultados? ¿Cómo puede influir en la autoestima? En el deporte se
premian los resultados de manera natural, si marcas un gol, anotas un punto,
metes una canasta, si ganas una competición, un partido… eso ya lleva su premio
para el deportista, entonces ¿corremos riesgos cuando sobrevaloramos el
resultado? ¿es sano que la autoestima del deportista fluctúe positiva o negativamente
en función de los resultados? ¿cómo puedo rendir al máximo si a nivel mental me
pongo límites? ¿pueden los jóvenes generalizar el éxito o fracaso como
deportista al éxito o fracaso como persona? ¿cuántos de vosotros os preparáis
mentalmente para una competición a pesar de saber lo importante que es?
jueves, 3 de septiembre de 2015
Padres que suman.
“Míster, mañana no puedo ir
porque tengo que estudiar”, “Mi hija dice que se encuentra mal, no podrá ir al
partido…”, “¡Mañana castigado sin entrenar!”, ¿qué entendemos cuando oímos
“tiene miedo a fallar”?, “entrena bien pero luego no rinde en la pista”, “por
más que se lo digo no presta atención”, “se bloquea”, “es muy despistado”, “¡es
que no corres!”, “¡el próximo partido lo ganas seguro!”.
Fuente: www.knfutbol.com
Muchos padres y madres de niños y
jóvenes deportistas se preguntan alguna vez ¿cómo podrían ayudar a sus hijos a
mejorar su rendimiento deportivo? ¿podemos hacer algo? ¿o sólo es cosa del
entrenador o del club? Aunque en otras ocasiones es el entrenador quien se
pregunta ¿quién es el entrenador aquí, los padres o yo?
En definitiva, sabemos que este
camino tiene muchas curvas, y las pautas educativas que siguen los padres influirán en la trayectoria deportiva de los hijos, mediará positiva o
negativamente en determinados momentos claves.
Los padres evidentemente forman
un pilar fundamental en la formación deportiva, tanto es así, que ninguna
escuela deportiva puede aspirar a crecer si no tiene entre sus objetivos
prioritarios conseguir su colaboración, formarlos y asesorarlos para que sus
pautas educativas sumen.
¿Qué pasaría si un padre le da a
su hijo instrucciones deportivas contradictorias a las de su entrenador? ¿A
quién creéis que hará caso el niño? ¿Qué ocurrirá si sigue las instrucciones de
su padre? ¿Y si sigue las instrucciones del entrenador, las seguirá con la
confianza suficiente para ejercutarlas correctamente? ¿aprenderá de un
entrenador que no tiene credibilidad para él? ¿estará motivado en los entrenos?
Otro ejemplo. Pablo está viendo
un partido en la tele, de repente su padre salta del sofá agitando los brazos e
insultando al árbitro, ¿cómo esperas que reaccione Pablo en su próximo partido
si el árbitro le pita “en contra”? ¿le
ayuda este aprendizaje que ha adquirido en casa a su formación deportiva?
Los niños aprenden principalmente
por observación, imitando las conductas de los adultos más influyentes para
ellos. Si tu hijo comete un error o falla en una competición… y tú le echas la
culpa al árbitro, al rival, a otro compañero, al entrenador… interiormente le
estás quitando protagonismo, estás atribuyendo la causa de su error a algo
externo, a algo que no depende de él, sin querer le estás lanzando ese mensaje.
Visto de este modo ¿cómo puedes motivar a un niño a mejorar su rendimiento, a
superarse, a aprender de las derrotas, si erróneamente cree que sus fallos no
dependen de él?
La sobrevaloración del resultado.
Carlos está muy contento porque en el partido de hoy ha marcado un gol, su
equipo ha ganado y sus padres lo han felicitado, están muy orgullosos de él,
también le han dado la enhorabuena sus primos,
sus amigos y sus abuelos. Han puesto fotos en las redes sociales y para
celebrarlo se han ido a cenar a una pizzería. La semana siguiente, Carlos no
marca ningún gol. Sus padres le han dicho que no pasa nada, que ha jugado muy bien,
y que están seguros que para el próximo partido marcará. Carlos se queda
conforme con las palabras de sus padres, pero en su interior algo le dice que
tenía que haber marcado un gol. En el siguiente partido Carlos tampoco marca,
estaba ansioso por ese gol. A pesar de que sus padres le dicen que ha jugado
bien, y que no es para tanto, Carlos se siente decepcionado, está convencido
que sus padres esperaban que marcase ¿sobrevaloras el resultado cuando motivas
a tu hijo? ¿eres consciente que puedes estar motivando a tu hijo en función de
unas expectativas que no están orientadas a la formación?
¿Cómo evitar frases como “mañana
no puede ir a entrenar porque tiene que estudiar”? ¿ayudas a tu hijo a
planificar la semana? ¿realmente le damos valor a que nuestro hijo practique
deporte? ¿y a los entrenamientos? ¿sabes aprovechar las oportunidades que te
ofrece el deporte para que tu hijo sea más responsable? ¿le preparas tú la
bolsa de entrenamiento? ¿le enseñas a ser puntual? ¿refuerzas los hábitos de
descanso antes de las competiciones? ¿crees que enseñando a tu hijo a asumir
responsabilidades contribuyes también a su formación deportiva? ¿sabes usar
técnicas psicopedagógicas que te ayuden a educar a tu hijo?
El papel de los padres y madres
en la práctica deportiva de nuestros hijos no se reduce a acompañarlos a los
entrenos, a animarles en los partidos, a apoyarles al terminar la competición,
sabemos que es mucho más que eso.
¿Y tú? ¿Quieres SUMAR?
sábado, 6 de junio de 2015
El fútbol como medio educativo.
"El fútbol tiene un papel importante que desempeñar en la sociedad. Los jugadores deben tener un sentido de responsabilidad social" (Vicente del Bosque).
Enlace original foto: www.futbol-tactico.com
Cada vez son más frecuentes los partes arbitrales donde se
contemplan insultos, amenazas o agresiones. Lo peor, que dichas
incidencias son también habituales en el fútbol base, donde la
víctima en muchas ocasiones es el árbitro, que puede contar con 16
o 17 años. Si además el árbitro es mujer, no le queda otra que
aguantar la carga del machismo, tan inherente aún a este deporte.
Los padres y madres juegan aquí un papel fundamental. Si se insulta
al árbitro, figura de autoridad, el niñ@ o adolescente también lo
hará, a lo mejor no en ese momento, a lo mejor no a esa figura de
autoridad. Si papá o mamá ridiculiza a un compañero, se aprenderá
este modo de interacción social como medio para alimentar la
autoestima. Si se verbaliza que "las mujeres no tienen nada que hacer
en el fútbol", si el árbitro "está ciego" o "es muy
malo", o un jugador es un "bulto", el niñ@ asimilará
esas actitudes, las expresará de igual modo y reaccionará conforme
a ellas. Por supuesto estas expresiones son de las más suaves que se
pueden oír cualquier sábado o domingo.
El fútbol es el deporte más practicado con diferencia. Según informe del Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte, en el 2014 se registraron en Andalucía
145.195 licencias para jugadores y
4.790 clubes federados, siguiéndole el baloncesto con 53.404
licencias y 607 clubes. Este es un dato que no puede pasar
desapercibido para nadie. El fúbol base como cualquier otro deporte
de iniciación tiene una finalidad principalmente educativa y lúdica.
Cuando apuntamos a nuestro hij@ a una escuela de fútbol, ¿lo
hacemos porque pensamos que será el próximo Messi? ¿porque creemos
que tiene talento y se podrá ganar la vida en el mundo del fútbol?
¿lo apuntas simplemente para que realice una actividad deportiva? En
cualquiera de los casos, debemos ser conscientes, que cuando
"metemos" a nuestro hij@ en una escuela o club, también lo
estamos incorporando en un contexto educativo y social. Esto quiere
decir, que no sólo adquieren los aprendizajes técnicos y tácticos,
o mejoran su condición física, además se empapan de actitudes,
comportamientos y valores.
El entrenador o monitor deportivo será
un ejemplo a seguir para los alumnos, quienes aprenden principalmente por imitación. Lo que haga o diga el
entrenador lo harán ellos. Entrenadores
y monitores tienen la difícil tarea de crear un clima de cooperación
y cohesión entre los alumnos a través
del cual aprenderán a afrontar un determinado problema, a respetar
decisiones de figuras de autoridad, a tolerar las derrotas, a
compartir, a ser responsables del material, a superar retos, a jugar
en equipo, a implicarse, a ser humildes cuando se gana, a esforzarse
para conseguir algo, a ayudar al compañero...
Los clubes y escuelas
deportivas tienen la responsabilidad de educar en actitudes, comportamientos y valores que fomenten el desarrollo
personal como cualquier otro contexto educativo, y las federaciones
territoriales deben velar porque así sea. Es más, deben facilitar y
reforzar la formación académica de sus alumnos así como controlar el comportamiento de los padres en las
instalaciones deportivas. ¿Cómo reaccionaríamos si en el cine una
persona se levanta y grita insultando al protagonista? Es absurdo.
Las escuelas que se preocupan de esto tienen un valor añadido cara a
la sociedad. El fútbol en niñ@s y adolescentes es educación y
diversión.
Hoy día todas las escuelas y clubes cuentan con buenos
profesionales que instruyen en técnica y táctica a un gran nivel,
si el niño tiene talento llegará lejos. Los padres y madres tenemos
la obligación moral, de buscar el mejor entorno de aprendizaje para
nuestros hijos. No vale apuntarlo en una
escuela o club porque esté más cerca, porque allí vayan sus amigos, o porque sea de "mayor
categoría", no se puede tomar esto tan a la ligera. Debemos
seleccionar la escuela más coherente con las actitudes y valores con
los que educamos en casa, la que nos dé mayor seguridad en la
formación de aquellos aspectos de la personalidad del niño que
servirán de eje para su desarrollo psicosocial. Después de todo, al
margen del talento, al final lo que queda es la persona.
miércoles, 27 de mayo de 2015
¿Por qué juegas al fútbol?
"No te voy a echar la bronca si pierdes un pase, o si fallas un despeje que nos cueste un gol, siempre y cuando sepa que estás dando el 100%. Yo podría perdonar cualquier error, pero no perdonaré al que no entregue su alma y su corazón al Barcelona".
Enlace original foto: www.tz.de
Este entre otros fue uno de
los mensajes que Pep Guardiola daba a sus jugadores en su primera
charla en el FC Barcelona, según el periodista Guillem Balagué.
Podemos ver en muchos artículos, libros o cursos las características
psicológicas que debe tener un buen entrenador. Ser un buen líder,
aspecto que está muy de moda, es una característica esencial sin
duda. Hay muchos tipos de líderes, y el mejor es el que adapta el
estilo de liderazgo a las circunstancias sacando el mejor rendimiento
del equipo en cada una de ellas. Hay que ser autocrático cuando hay
que serlo, del mismo modo que se debe saber cuando ser permisivo.
Otra característica muy estudiada en psicología deportiva son las
habilidades de comunicación. También existen rasgos de personalidad
que se relacionan con el éxito o los buenos resultados, o que
facilitan la labor del entrenador; o la formación en psicología,
para saber aplicar técnicas de motivación, de modificación de
conducta, el feedback, el reforzamiento, el trabajo por objetivos...
Pero, al margen de todos estos superpoderes, difíciles de conseguir en una misma persona, o al menos de aplicar en el día a
día, ¿cuál podría ser la cualidad más importante en un
entrenador? ¿qué debe transmitir a sus jugadores?
Sin duda, la PASIÓN. El día que un entrenador no transmita su
pasión por el fútbol y por el escudo que viste, no tendrá nada que
enseñar.
Lo primero que debe tener claro un futbolista es el motivo
por el que juega al fútbol. Existen dos tipos de motivaciones, la
intrínseca o centrada en la tarea, y la extrínseca o centrada en el
ego. Si juegas al fútbol porque disfrutas con el balón, porque te
gusta mejorar tu técnica y superarte A TÍ MISMO, porque te
diviertes, tu motivación está centrada en la tarea, es intrínseca
a lo que haces. Si en cambio, juegas porque tu padre quiere que seas
futbolista, porque lo que te gusta es ganar, da igual el deporte que
sea, porque alimentas tu autoestima queriendo ser el mejor,
centrándote en tí mismo en lugar de en lo que haces, tu motivación
es extrínseca (al fútbol) o lo que es lo mismo, está centrada en tu ego.
Para mí, lo más
importante que puede transmitir un entrenador es su PASIÓN,
contagiar a todo el equipo de su PASIÓN por el fútbol, crear un
clima motivacional que favorezca la cooperación en lugar de la
rivalidad. La cohesión grupal centrada en la tarea, la implicación
de los jugadores, no sólo es que yo rinda al 100%, es que ayude a mi
compañero a que también rinda al máximo, esto es fundamental en
los deportes de equipo. Para mí el entrenador es la única persona
que puede cambiar la concepción del fútbol en sus jugadores, hacer
que disfruten con el fútbol y que sientan esa pasión por los
verdaderos valores deportivos.
viernes, 22 de mayo de 2015
La gestión de la suerte.
"No podemos cambiar el viento, pero sí podemos ajustar las velas".
Enlace original foto: Sergio Rico, el niño que no quería acabar de entrenar. (www.estadiodeportivo.com)
En el fútbol, como en la
vida, hay cosas que podemos controlar, y cosas que no podemos
controlar. Las lesiones, el árbitro, el nivel y estado de ánimo del
rival, el público... incluso el clima, si llueve, o si hace excesivo
calor. Todas ellas son variables que se escapan a nuestro control,
que influyen en el juego, pero que a su vez, no son determinantes.
Es
fácil apreciar en un equipo que acumula varias victorias, además de
tener buen rendimiento, que la suerte también la tiene de cara, todo
le sale. Por el contrario también ocurre. El equipo que encadena
resultados insatisfactorios, incluso observándose a priori buen
rendimiento en los jugadores, parece sin embargo, que por mucho que
se esfuercen, la suerte les ha dado la espalda. ¿Hasta qué punto
influye la suerte en el fútbol? ¿hasta qué punto podemos tener
control sobre ella? Sin duda, el entrenador o deportista que consiga
poner el viento a su favor marcaría la diferencia, sería
determinante.
En mis charlas suelo poner como ejemplo de suerte a
Sergio Rico. Este chico de 21 años, hace apenas dos temporadas, era
el segundo portero del Sevilla Atlético, el equipo filial del
Sevilla FC. No sabemos qué se le podía pasar por la cabeza, pero a
todo el que le guste el fútbol, lo que quiere es jugar, es posible
que incluso se planteara dejarlo. La cuestión es que la suerte
quiso, por lesión de los porteros, que Sergio debutase con el primer
equipo en septiembre de 2014, en Primera División. A día de hoy
como ya sabemos es portero titular y flamante campeón de la Europa
League.
La suerte llega, incluso para los equipos que creen haberla
perdido, y siempre está presente en cada partido. Pero lo
verdaderamente interesante no es confiar en que venga o no de cara,
sino poder gestionarla a tu favor. A todos nos corresponde una parte
de suerte. Si Sergio no hubiera estado a la altura, posiblemente el
Sevilla FC hubiera buscado otro portero en el mercado de invierno. Si
no estás preparado, no gestionas tu parte de suerte. Cuando ni
siquiera controlas lo que depende de tí, la suerte te gana terreno,
y tus probabilidades de éxito se reducen al mínimo.
Para empezar a
gestionar tu parte de suerte, lo primero que debes hacer es tener el
control de aquellos factores que dependen únicamente de tí. A
medida que haces tus entrenos de mayor calidad, y ejerces más
control sobre el estrés, la ansiedad, las dudas y los miedos, tu
capacidad de concentración y tu autoconfianza aumentan.
Entonces
suceden varios fenómenos. Detectas con mayor eficiencia cuando la
suerte está de tu parte y cuando no lo está. Cuando te da una
oportunidad o cuando debes reaccionar, te anticipas, y le tomas
ventaja. Por otro lado, suele suceder también, que tu seguridad es
percibida por el rival como amenazante, lo cual, dependiendo de la
presión y la calidad de sus propios recursos para hacerle frente,
puede interferir o reducir su propia eficacia. Le sigues ganando
terreno a la suerte.
A medida que vayas adquiriendo práctica en la
gestión de la suerte, verás que en gran parte, tener o no tener
suerte depende de tí, que ante situaciones similares, habrás tenido
buena o mala suerte dependiendo de lo preparado que estés.
La gestión de la suerte es la gestión de tí mism@.
martes, 28 de abril de 2015
La preparación psicológica del piloto.
"Creo que saber controlar las emociones es una de las cualidades más importantes que debe tener un deportista, pues según qué pensamientos te pueden traicionar" (Jorge Lorenzo).
Enlace original foto: www.lavanguardia.com
A diferencia de los
deportes de equipo, en el motociclismo como deporte individual el
resultado depende del rendimiento del piloto, quedando en un segundo
plano la escuadra y la máquina. A ésto debemos añadir dos
peculiaridades que tienen los deportes de motor: la dependencia con
la máquina (tal es así que un fallo o error mecánico pueden dejar
al piloto fuera de la carrera) y el riesgo real inherente a estos
deportes. Estas circunstancias, hacen que el piloto esté sometido a
gran presión, por lo que la preparación psicólogica adquiere un
papel fundamental en cuanto a la capacidad de concentración y la
autoconfianza. Si bien el entrenamiento psicológico debe
desarrollarse durante toda la temporada, en los entrenamientos, al
igual que la preparación física y técnica, es en competición
donde se convierte en clave del éxito o del fracaso.
RUTINAS: Todo piloto
tiene una serie de rutinas o hábitos previos a la competición que
les sirven para percibir que todo está bajo control, generando un
clima de seguridad y confianza. Estas rutinas se establecen de
manera planificada y organizada a modo de agenda, y forman parte del
llamado "plan precompetición". Las actividades del plan
abarcan desde el tipo de comida o el ocio, hasta la antelación con
la que le gusta llegar al piloto a la pista. Todo lo que ocurra
desde los días previos hasta el momento de la competición debe
estar perfectamente controlado para no generar sensación de
incertidumbre o falta de control.
CONCENTRACIÓN: En
competición la concentración es la clave del rendimiento. El
piloto debe controlar las distracciones externas e internas. Los
espectadores, el ambiente de competición, así como los
pensamientos involuntarios pueden generar ansiedad e inseguridad. Se
suelen usar herramientas psicologicas previamente entrenadas como el
dialogo interno, la focalización de la atención o las palabras
claves que ayudan al piloto a mantener la concentración en momentos
de alta intensidad como el semáforo. Durante la carrera es muy
importante mantener la mente ocupada en la tarea, en el próximo
movimiento o acción, en el punto de frenada o el ángulo de
inclinación en curva por ejemplo. Ésto tiene dos explicaciones,
primero, que el piloto de este modo evita pensamientos negativos que
pueden bloquear o reducir el rendimiento (como por ejemplo pensar en
el riesgo o las consecuencias de una determinada acción), y en
segundo lugar, que al centrarse sólo en la tarea, la ejecución o
acción será de mayor calidad reforzando así la confianza del
piloto.
ACTIVACIÓN:
Controlar las emociones es un aspecto muy importante para el piloto,
tanto previamente como durante la competición y está muy
relacionado con la capacidad de concentración. El piloto puede
entrenar técnicas de relajación o respiración para controlar su
nivel de activación fisiológica en momentos determinados de la
competición. En este sentido el nivel de activación no debe ser
muy alto ni tampoco muy bajo, ya que competir requiere mantenerse
alerta. Pero más importante aún es el estado anímico, la
confianza y seguridad en sí mismo, y ésto también se trabaja.
AUTOEVALUACIÓN: Así
es, tan importante es la fase competitiva como la postcompetitiva en
el aspecto psicológico. Es el momento de evaluarse a sí mismo.
Esta evaluación debe centrarse en el rendimiento independientemente
de los resultados, y se hace de igual forma tras los entrenamientos.
El piloto debe contemplar las sensaciones positivas experimentadas
durante la carrera, disfrutar de sus logros y objetivos personales,
de su rendimiento. Del mismo modo debe identificar los errores
preguntándose cómo se podría haber evitado o cómo se podría
haber ejecutado mejor esa acción. La evaluación de los errores no
deben contemplar aspectos personales ni malas sensaciones ya que
ésto puede dar lugar a ideas o sentimientos negativos para el
rendimiento en el futuro.
"Para ganar principalmente tienes que divertirte, tiene que gustarte lo que haces" (Dani Pedrosa).
viernes, 24 de abril de 2015
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